Cuevas loceras de Gáldar y Santa María de Guía

Aquella primera familia de loceros de La Atalaya se había establecido en las Cuevas del Bujo (Guía), donde construyeron el primer horno.

Con los años se irían excavando cuevas-vivienda también del lado de Gáldar, donde aún se conserva un horno de piedra y barro en el que han trabajado las últimas loceras históricas: "Julianita" Suárez Vega y su hija "Rafelita" Santiago Suárez.

[nota 1]​ Tradicionalmente, el barro se traía del Blanquizal -o Castillejos-, entre Barranquillo de la Higuerilla y la Hoya del Cuchillo, en la Montaña de Guía.

Se mezclaba luego con ceniza volcánica (arena en otros lugares), sacada de cuevas como las del Morrillo, Risco Abajo, Los Andenes y Cueva de la Caja.

[nota 2]​ Con ella trabajaron y aprendieron loceros como: Nicolás Godoy, Juanita Ramos, Juan Sosa, Catalina..., y más tarde sus propias hijas, en especial Rafaela Santiago "Rafelita" (aún activa en 2010), considerada la última locera de tradición familiar en el aquellos pagos.