Se hallaron una punta de hueso incompleta, ancha y aplanada, con la parte superior redonda para después agudizarse.
[1] En cuanto a industria ósea, solo se halla un cincel de hueso mal conservado, que tuvo líneas paralelas longitudinales grabadas.
Si bien, se han encontrado conchas agujereadas y las primeras espirales de caracol marino con perforaciones centrales.
[1] Como ya se ha visto en los anteriores niveles estratigráficos, la ornamentación también estaba presente en esta cota.
[1] La mayoría de los restos encontrados estaban fragmentados, aunque algunos fueron reconstruidos, permitiendo conocer su ornamentación.
[1] Las cerámicas lisas pueden encontrarse pintadas de negro o rojo y, su masa, estaba cocida a fuego con una técnica evolucionada.
Aunque también, se encontraron elementos toscos, sin decoraciones y con un tono rojo ladrillo o un negro, proveniente de sustancias orgánicas que se unieron al barro y luego fueron carbonizadas.
Las bandas eran sencillas, y podían estar en la parte superior e inferior del asa cuando eran únicas.
[1] La cerámica con adornos grabados se encontraba bastante decorada y perfeccionada, pero siempre sin pigmentación, excepto si era mixta.
Miguel Such, subdividió esta categoría en cerámica: punteada, con incisiones triangulares, líneas rectas, pectiniformes, grabados complejos y bandas.
Los primeros eran variados en tamaños y formas, así como numerosos; mientras que los collares no eran heterogéneos, reduciéndose básicamente a dos tipos: circulares con una perforación, o con forma de lágrima o pera.
[1] En esta secuencia, los únicos restos encontrados se redujeron a tres fragmentos pertenecientes a diferentes bóvedas craneanas, molares de diferentes individuos y edades, y algunas vértebras.
El registro arqueológico muestra un repertorio amplio de los que aún no se conocen datos definitivos:[2]