Un cuerno de unicornio es un objeto legendario, conocido en Europa occidental.
Se suponía que era el único cuerno que adornaba la frente del unicornio, al cual se le atribuían muchos poderes de curación y virtudes de antídoto.
Estas propiedades, atribuidas desde el siglo XIII, lo convirtieron en uno de los remedios más caros y famosos durante el Renacimiento,[1] con lo cual se justificó su utilización en las cortes reales.
El cuerno era utilizado para crear cetros y otros objetos soberanos, como el «trono del unicornio» de los reyes daneses, el cetro y la corona imperial del Imperio austríaco, así como la vaina y la empuñadura de la espada de Carlos el Temerario.
La creencia en las virtudes del cuerno de unicornio y en su procedencia perduró hasta el siglo XVIII.