Los machos de esta especie se caracterizan por presentar un colmillo muy largo y retorcido de manera helicoidal que puede llegar a medir dos metros y pesar hasta diez kilogramos.
Se cree que este diente especializado puede ser un receptor sensorial o un carácter sexual secundario.
Para ello debe realizar inmersiones que con mucha frecuencia superan los 800 m bajo la superficie, las cuales pueden durar hasta 30 minutos.
En 2008 fue catalogado en la Lista Roja de la UICN como especie casi amenazada, debido a que se mantiene una caza significativa, controlada, por parte del pueblo inuit en Canadá y Groenlandia (Dinamarca), los cuales se benefician con su carne, grasa y el comercio del colmillo.
[2] Es el único integrante del género Monodon y junto a la beluga conforma la familia Monodontidae perteneciente al suborden Odontoceti.
[3] Se cree que la hibridación entre estas dos especies es posible, debido al hallazgo de un cráneo con características intermedias.
[5] Actualmente los dos integrantes de la familia Monodontidae habitan la región ártica y circumpolar, sin embargo, durante el Mioceno y Plioceno habitaron en aguas más cálidas, lo cual se evidencia por los fósiles descubiertos en Baja California.
[6] En el registro fósil se encuentra un género extinto relacionado con el narval, llamado Odobenocetops (literalmente «ballena con cara de morsa»), el cual también poseía colmillos muy largos, pero a diferencia de este se orientaban en dirección posterior y en general eran pares; una adaptación similar a la de las morsas que posiblemente le servía para obtener alimento del fondo marino.
[6][7] El nombre «narval» se basa en la palabra del idioma nórdico antiguo nāhvalr formada por los términos nār, que significa «cadáver», y hvalr, equivalente a ballena.
[9] Los narvales presentan un patrón moteado de color gris que les cubre toda la longitud del dorso y los flancos, con el vientre de color blanco; este moteado se acentúa con la edad y los machos más viejos pueden tener solamente una gran mancha angosta que le cubre únicamente la línea central de la espalda, con el resto del cuerpo blanco.
[10] Los intentos para mantenerlos vivos en cautiverio han sido infructuosos, logrando sobrevivir solamente entre uno y cuatro meses.
[15] Durante el crecimiento, las crestas y surcos de este diente modificado se orientan en sentido izquierdo.
[16] Estos dientes están formados por una capa externa de cemento dental, una capa interna de material más duro llamada dentina y al centro existe una cavidad pulpar con buena irrigación sanguínea e inervación.
Los investigadores creen que esta configuración actúa como un amortiguador para evitar roturas.
Esto, junto con la alta incidencia de colmillos rotos en ejemplares machos adultos y el crecimiento rápido al llegar la madurez sexual indica que también son utilizados para luchar entre sí.
[18] Estudios recientes (2005) han demostrado que este apéndice poseía una combinación inusual de dureza y flexibilidad, al extremo que un colmillo de 2,4 metros puede ser doblado hasta 30 cm en cualquier dirección sin sufrir daño.
Este sistema podría detectar la temperatura, presión, movimiento, diferencias en la concentración de moléculas en solución (por ejemplo, el grado de salinidad) y substancias en el agua que eventualmente le ayudarían a detectar posibles presas.
Además durante las inmersiones, en condiciones de hipoxia, puede derivar la sangre a los órganos vitales como el cerebro, riñón y pulmones.
Se cree que esta capacidad le permite realizar un reconocimiento de cada individuo y es posible que les facilite localizar a un animal separado del grupo y posibilite la comunicación entre las diferentes manadas.
[1] En todas las áreas de distribución, esta especie prefiere las aguas profundas en mar abierto.
Llegado el invierno se trasladan lejos de la costa en pequeños grupos hacia los bordes o bajo las grandes placas de hielo, sobreviviendo gracias a agujeros llamados polinias que les permiten respirar; raramente se observan en témpanos aislados o en mar abierto.
[37] Cuando llega la primavera regresan nuevamente a las zonas costeras para completar el ciclo migratorio.
[39] La Comisión Para los Mamíferos Marinos del Atlántico Norte (sigla en inglés NAMMCO) ha expresado preocupación por la disminución de las poblaciones en Groenlandia occidental.
A raíz de la prohibición del comercio con el Reino Unido se abrieron nuevos mercados en Japón y Suiza.
[11] Los depredadores naturales son los tiburones de Groenlandia, las orcas y los osos polares; sin embargo, la mortalidad ocasionada por estos animales no parece ser significativa.
[43] La carne, vísceras, piel y grasa del narval son consumidas en la región ártica, lo cual puede representar un riesgo para la salud humana, debido a que en animales de Svalbard, Noruega, se encontró un amplio rango de contaminantes en altas concentraciones como bifenilos policlorados (PCB), plaguicida clorados y éteres difenilpolibrominados (EDPBs).
[44] Comparado con otros mamíferos marinos del área los niveles de contaminantes fueron los más altos registrados, indicando que la especie posee una baja capacidad para metabolizar estos tóxicos.
[1] Otra circunstancia que le haría especialmente sensible a estos cambios en el clima, es el hecho de poseer una adaptación fisiológica extrema.
[48] En la Lista Roja de la UICN, el narval fue clasificado en 2008 como especie casi amenazada NT (del inglés Near Threatened).
El primero en mencionar de alguna forma al narval, fue el escritor y eclesiástico sueco Olaus Magnus en su obra Historia de gentibus septentrionalibus, publicada en 1555, donde describe un animal llamado monoceros como «un monstruo marino que tenía en su frente un gran cuerno con el que podía destrozar barcos y matar a muchas personas».