Cubo (recipiente)

Para facilitar su uso y el transporte dispone de un asa semicircular que está sujeta por sus extremos al borde superior.

[1]​ La academia señala su origen liguístico como masculino de la voz "cuba" (del latín «cupa»).

Su uso más tópico, desde la antigüedad, ha sido para el transporte de agua desde las fuentes o pozos, para acumularla y conservarla en recipientes (barriles, cisternas, pilones).

En la geografía ocupada por el Imperio romano[5]​ se han hallado restos arqueológicos de cubos de hierro y metal (forjados en latón o bronce); los recipientes ya llevaban un asa, pero tenían en su base un pie central como un cáliz.

En contextos por lo general relacionados con el uso religioso, el cubo, como forma y diseño, tiene un hermano menor aunque más lujoso, en las «sítulas», pozales ceremoniales fabricados desde la Edad del Hierro.

Cubetas llenas de tierra y agua para extinguir fuegos.
Cubo de Hemmoorer , Warstade ( Cuxhaven ), quizás uno de los primeros cubos de Occidente .