Cada brazo se abre con una hoja abierta en tres puntas, de los que salen dos hojas de ortiga, que se abren en tres puntas, dos para afuera y una para adentro.Si continuamos el camino hacia el centro de la cruz, pasamos por las hojas de ortiga, cuya infusión se tomaba en la antigüedad para purificar la sangre.El camino hacia Dios es doloroso, como la picadura de ortiga, y también como su infusión te cambia hasta la misma sangre.Llegamos a la hoja de tres puntas.Si has llegado hasta aquí, podrás conocer el auténtico rostro de Dios, el Padre, Hijo y Espíritu Santo.