Sus orígenes se remontan a la llegada de inmigrantes griegos, antiguos otomanos y rusos principalmente.[1] La formación de las primeras comunidades cristianas ortodoxas chilenas tuvo lugar en Santiago durante el siglo xx.En 1910 llegó a Chile el Padre Pablo Jury Gadon, un pope ortodoxo proveniente de Siria.Desde su establecimiento, la comunidad ha estado constituida principalmente por árabes cristianos originarios de las actuales Siria y Líbano y de sus descendientes, quienes llegaron durante la época del dominio del Imperio otomano.[3]Hasta 1925, la Iglesia católica en Chile era la religión oficial del Estado, por lo que los cristianos ortodoxos se vieron enfrentados a algunas restricciones durante el primer cuarto de siglo.