Chile hoy en día es el país con la mayor comunidad griega de América Latina.
Así fue cómo surgió una importante colectividad helénica, cuyos registros fueron anotados en dos fuentes.
En el libro publicado por Miguel Politis denominado «Grecia y los griegos», aparece una crónica publicada en 1922 cuando visitó Antofagasta el cónsul general de Grecia, Juan Satirakis, dispuesto a fundar una colectividad que tuviera personalidad jurídica y un establecimiento que pudiera reunir a los griegos en un «hogar helénico».
Satirakis, al llegar a la ciudad se contactó con Ramón Chilovitis y juntos organizaron el primer encuentro formal entre griegos.
En la misma avenida se encuentra el Discóbolo del Estadio Nacional, una réplica en bronce en posición erguida de la estatua original, fue donada por la colectividad griega al país en 1958, monumento conocido coloquialmente por los chilenos como «El Pilucho».