Ningún documento permite confirmar el aprendizaje con Orrente y se ignora si este tuvo lugar en Cuenca o en Toledo, siendo más probable esta segunda opción al apreciarse en la obra de García Salmerón influencias tanto del maestro murciano como de Luis Tristán y Juan Bautista Maíno.
Se le atribuye también otra serie de apóstoles de medio cuerpo portando cartelas con los versículos del Credo y Jesús como Buen Pastor, formando un Apostolado muy estimado en su época como demuestran las numerosas copias existentes, una de ellas ingresada en 1836 en el Museo del Prado ya a su nombre.
En fecha desconocida pasó a Madrid, «pareciéndole, que en la cortedad de aquella tierra, no podía lograr el merecido premio», según dice Palomino.
Algún cuadro pintado para conventos madrileños parece confirmar ese traslado.
Un Buen Pastor, procedente del Carmen calzado de Madrid, y actualmente depositado por el Museo del Prado en la iglesia de San Jerónimo, es cuanto queda de la que habría sido la etapa final de su carrera, apegada aún a modelos orrentescos.