Crimen de Gádor

Leona y Julio Hernández el Tonto, hijo de la curandera Agustina, se ofrecieron a encontrar al niño.Metiendo al niño en un saco, los criminales lo trasladaron hasta un cortijo aislado en Araoz que Agustina tenía preparado.Después le extrajo grasa y el epiplón para confeccionar una compresa que aplicar al pecho de Francisco Ortega.El curandero Leona fue condenado al garrote vil, pero murió en la cárcel.Y Julio el Tonto finalmente fue condenado a muerte también, pero resultó indultado por ser considerado demente.