El año de 1858 terminó sus estudios de teología y exegética sagrada que le permitieron recibir, con dispensa pues sólo contaba con 23 años de edad, el presbiterado conferido del entonces obispo José Marzoía Guerra.[2] Apoyado en una extraordinaria capacidad oratoria y en su dedicación religiosa, le fueron dadas diversas cátedras que ejerció en el seminario, desde donde promovió la creación de la Academia de Ciencias Eclesiásticas que fue autorizada en 1864.[2] Dedicó una gran atención a su diócesis y se mantuvo viajando a lo largo y ancho del Estado de Yucatán, incluyendo la región correspondiente al obispado de Campeche, que él había insistido en desarrollar en virtud de la extensión territorial involucrada en las tareas religiosas que se daban en esa época, en que latía aún en la península de Yucatán el conflicto bélico denominado guerra de Castas.Su amplia cultura maya y la gran facilidad para escribir que tenía le permitieron descollar en la profundización y en la difusión de tal cultura tanto localmente, como a nivel nacional e internacional.Son de mencionarse además, entre otras, las siguientes obras:[2]