A mediados del siglo XIX, el lugar tenía contabilizada una población de 800 habitantes.
Tiene tres naves, la central más ancha que las laterales, compuesta por arcos de medio punto y arcos apuntados, tiene cúpula central y tres linternas; dispuestos sobre pilares cruciformes a los cuales se adosan pilastras con capiteles con decoración vegetal.
La Lisalta, antigua torre de la iglesia, es lo único que queda del castillo.
Desde su remate, que conserva una única almena, se puede divisar casi todo el término En la torre se alojaban dos campanas y dos cimbalillos, además de un tercer cimbalillo más pequeño, colocado en un ventanal del coro de la Iglesia.
En 2019, La Lisalta vuelve a lucir, bellamente restaurada, dominando el pueblo de Cosuenda.
por J. García Mercadal): Su iglesia está con un castillo en un alto collado a la parte de levante; en ella suelen los vecinos salvarse del peligro de los moros' y más adelante 'y por esa razón, casi en todos los lugares de este tierra tienen un castillo fuerte junto a la iglesia, en la cual, huyendo se salvan'.
"Se refería a los pueblos que él visitó en las comarcas del Jalón y Huerva, y no puede argüirse una motivación más exacta para justificar la reiterada presencia dentro o junto a la fortaleza".
Por su gracejo y soltura merece especial mención el niño Damasito Sancho, que hacía de Ángel”.
En la actualidad la Cooperativa San Bernabé, que comenzó su andadura en 1955 con 78 socios fundadores, de esta localidad, y que actualmente forma parte del grupo Grandes Vinos, es de las pocas que comercializa este vino, bien sea embotellado o a granel ya que, aunque fue un vino muy popular desde el siglo XIX, estuvo a punto de desaparecer a favor de otros blancos más jóvenes.
Para la elaboración de este vino es necesario vendimiar esta uva blanca lo más tarde posible de manera que se pueda desarrollar azúcar dentro del grano y son sólo las cepas más antiguas las que permiten la elaboración.
En la historia del vino aragonés la pajarilla es sinónimo de clase y elegancia.