Como podemos ver en esa comparación, la corriente de Groenlandia Oriental o la del Labrador están en contacto con capas de aire mucho más frío, lo cual ocasiona que la capa superficial del mar se congele formando la banquisa que llega a impedir la navegación.
La diferencia entre la distancia de los 15º de longitud en el fondo del mar y esos mismos 15º de longitud en la superficie del océano es equivalente a la diferente distancia que establece el talud continental, considerado como la hipotenusa de un triángulo rectángulo formado por el cateto mayor en la base (distancia horizontal) y el cateto menor que corresponde a la profundidad a la que se encuentra el fondo del mar.
Por supuesto, en el hemisferio Sur, una vez se encuentran en la superficie las aguas frías que han surgido junto a la costa tienen la tendencia a desplazarse hacia el ecuador terrestre por la fuerza centrífuga del movimiento de rotación terrestre, desplazamiento que se acentúa por la configuración de las costas.
Todo ello demuestra fehacientemente que todas las corrientes marinas, sean cálidas o frías, solo se producen en la superficie y no en niveles profundos, aunque esta idea debe tomerse en sentido general y matizarse si tenemos en cuenta la latitud, por la distinta fuerza centrífuga al alejarnos del ecuador, es decir, de acuerdo con la latitud respectiva.
En condiciones normales de presión atmosférica y al nivel del mar, el agua se congela a los 0 °C y hierve a los 100 °C cuando se trata de agua pura, es decir, cuando no contiene sedimentos o minerales en suspensión.
Estos procesos son muy fáciles de entender y se conocen desde muy antiguo: si nos metemos caminando en una playa tranquila veremos que a medida que aumenta la profundidad, las aguas del fondo se vuelven más y más frías como lo podemos notar por la sensación térmica en los pies.
Como resulta obvio, esta temperatura se alcanza a mayor profundidad en la zona intertropical y a menor profundidad en las zonas polares y ello no se debe solo al mayor calentamiento de las aguas oceánicas en la zona intertropical (donde inciden los rayos solares más directamente) sino a la menor densidad de dichas aguas en la zona intertropical por el abombamiento ecuatorial de la Tierra: en el ecuador terrestre, las aguas son menos densas porque se encuentran algo más de 21 km más alejadas del centro de la Tierra que en los polos y, por ende, la gravedad allí es menor.
Aquí es necesario recordar esa influencia mutua estudiándola desde el punto de vista de las aguas marinas para lo cual es necesario establecer las siguientes ideas: Como el hielo tiene una densidad menor que el agua solo se encuentra en la superficie de los océanos en las zonas polares, teniendo la zona polar ártica una mayor diversidad a lo largo del año en cuanto a la superficie cubierta por los hielos.