[1] Tras la conquista de Sevilla en 1248, Fernando III cedió a la orden unas casas para la instalación del convento y le otorgó rentas al mismo.
[3] En 1251 se trasladaron a un lugar intramuros, cerca de la puerta Real.
Estas representan ángeles, guirnaldas, hechos del Antiguo Testamento y santos de la orden.
[9] La iglesia tuvo un retablo mayor realizado en 1597 por el escultor Diego Deza y el ensamblador Jacques Bauchel, que fue sustituido por otro de mayor tamaño realizado por Felipe de Ribas entre 1646 y 1648.
[12] Daba acceso al refectorio, en la zona sur, y a la enfermería.
Los libros y la madera del convento fueron quemados para que la tropa se calentase.
Durante el Trienio Liberal, el convento fue exclaustrado en 1820, aunque los mercedarios regresaron al mismo el 1823.
[5] En 1835 fue creado el Museo Provincial, que en 1838 pasó a tener su sede en el edificio del convento.
[5] El noviciado, que se encontraba en ruinas desde la ocupación francesa y que ocupaba casi la mitad del inmueble, fue derribado para la creación de la plaza del Museo[5] por el arquitecto municipal Balbino Marrón en 1846.
Se rebajó la cota para que tuviera mejor visibilidad la fachada del museo.
[5] En 1851 Balbino Marrón hizo una nueva fachada para el museo, de estilo clasicista.
Posteriormente, se trasladó a la capilla sacramental de la colegiata del Salvador.
En 1577 se trasladó a una capilla en el compás del convento de la Merced.
Permanece en esta misma capilla, y es conocida como Hermandad del Museo.