Palomino no concreta el número de obras que vio en 1724 en dicho claustro.
[1] Este lienzo está basado en dos grabados, que narran un episodio de la adolescencia del futuro santo.
El caserío en el valle y el castillo medieval del fondo, están pintados con gran ligereza.
El perro posiblemente simboliza la fidelidad, así como el futuro santo es fiel a la Fe.
La ejecución los tres jóvenes caballeros, en la parte izquierda, denota la intervención de un ayudante del maestro.