El convento habría sido presuntamente[1] fundado por la reina doña Berenguela.[2] Aparece mencionado en el octavo volumen del Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España y sus posesiones de Ultramar de Pascual Madoz, en la entrada correspondiente a Guadalajara, de la siguiente manera: Su claustro tenía un gran castaño.[3] Fue abandonado en 1912 por las monjas clarisas que quedaban, que se marcharon para establecerse en Canals, en la provincia de Valencia.[3] Por entonces, en palabras de Juan Diges Antón, no era más que «un laberinto de amplias habitaciones y de escondrijos en todos los pisos: sucias, destartaladas y lóbregas las del bajo y algunas del principal; decorosas, limpias y ventiladas las que en este piso, correspondientes al ala norte, ocupaban las diez y seis religiosas».[3] La iglesia del convento pasó a llamarse de Santiago.