El Consejo Nacional es donde se concentra la autoridad legislativa federal de Austria; para que un proyecto de ley se convierta en ley federal, debe ser aprobado por esta Cámara.
La Constitución federal de Austria define a Austria como una democracia semipresidencial: se supone que el poder ejecutivo del gobierno está encabezado por el Presidente pero también debe responder ante el Poder Legislativo.
Si bien el Presidente tiene la autoridad teórica para disolver un Consejo Nacional hostil, la convención constitucional impide que este poder se ejerza, excepto por recomendación del Canciller.
En consecuencia, Austria funciona como una democracia parlamentaria: a todos los efectos, el gabinete está sujeto a la aprobación del Consejo Nacional, siendo el presidente poco más que una figura ceremonial con facultades muy limitadas.
Una discrepancia relacionada entre la teoría constitucional austríaca y la práctica política austríaca es que la Constitución define al Presidente del Consejo Nacional como el segundo funcionario público más alto de Austria, sólo para el presidente propio.