Donde la idea era congregar en Lima a representantes de todo el continente americano y de selectos países europeos.
La invitación se extendió, en primer lugar, al aliado del régimen, los Estados Unidos, y también a los vecinos «conflictivos» como Brasil, Ecuador, Bolivia y Colombia.
Quedó excluido Chile al no haberse resuelto aún el problema del plebiscito de Tacna y Arica.
A España se le asignó un lugar de honor y al secretario de la embajada del Perú en Madrid, Oscar Barrenechea, se le encomendó la invitación al rey Alfonso XIII, gestión que finalmente no llegó a buen término; en su lugar vino, presidiendo una nutrida delegación, Cipriano Muñoz y Manzano, conde de la Viñaza y grande de España, con la categoría de embajador extraordinario.
Casó con Concha Roca-Tallada y Castellano, con la que tuvo cinco hijos: Carlos, María Josefa (Duquesa de La Torre), Álvaro, Carmen (Condesa de Yebes) y Alfonso Muñoz Roca-Tallada.