El condado alavés sería finalmente unificado con las tierras de Lantarón, Lara y Burgos en la persona del conde Fernán González pasando a constituir desde entonces el condado de Castilla, embrión del futuro reino de Castilla.
Las primeras noticias sobre la organización política del Condado de Álava informan de la existencia ya durante el siglo VIII de sucesivos lazos matrimoniales entre señores del espacio territorial alavés y la familia real asturiana.
Estos vínculos adquieren ya plena constancia documental y significación histórica cuando una hija de Fruela de Cantabria es casada con un noble alavés llamado Lope.
La creación del condado alavés como circunscripción territorial ha sido contextualizada y explicada tradicionalmente por la necesidad que la monarquía asturiana tenía de contar con una autoridad local que hiciera frente a la posición de clara vulnerabilidad militar que tenía el territorio alavés que, al estar constituido por una gran meseta abierta al valle del Ebro, enfrentaba la amenaza musulmana en el contexto de la primera fase de la Reconquista.
Posteriormente, y durante casi un siglo el condado alavés se mantuvo como circunscripción político-administrativa del Reino de Asturias hasta que en el año 931 el conde Fernán González logra reunir en su persona los condados de Álava, Lantarón, Lara y Burgos, constituyendo con ellos el Condado de Castilla como gran circunscripción político-administrativa de la parte oriental del ahora ya Reino de León.