Se casó con Agustina de Puga y Araújo con la que tuvo una única hija, Jacoba de Castro y Puga.
El marido de la Condesa fue presidente de la Junta Superior que, en 1836, constituyeron los carlistas en la Coruña, al comienzo de la primera guerra carlista, para dirigir las milicias gallegas, y la propia condesa financiaba la causa.
[2] Jacoba falleció el 9 de abril de 1860 sin descendencia, dejó como heredero universal a su primo segundo el coronel Manuel María Puga Feijoo.
[3] Puga recibió junto con sus propiedades gran parte del poder político que los condes ostentaban.
Su hijo Luciano Puga Blanco fue alcalde de Santiago de Compostela, diputado en tres ocasiones y senador en dos, apoyando al Partido Conservador de Antonio Cánovas del Castillo, durante la Restauración.