Condado de Bigorra

[3]​ Hoy en día, el territorio del antiguo condado de Bigorra está integrado en la moderna estructura departamental de Francia, con su capital en Tarbes y con ciudades como Lourdes y Bagnères-de-Bigorre que siguen siendo relevantes tanto histórica como culturalmente.

Además, la región sigue atrayendo visitantes por sus actividades de montaña, su oferta termal y su destacado patrimonio arquitectónico.

Con la romanización de la región en el siglo I a. C., Bigorra se integró en la Galia Aquitania, aunque conservó ciertos aspectos culturales locales.

El ducado abarcaba múltiples condados y territorios vasco-aquitanos, consolidándose como una región autónoma bajo la influencia de los merovingios, aunque mantenía vínculos históricos y culturales con la población vascona del norte de la península ibérica.

No obstante, estudios modernos consideran esta carta una falsificación del siglo XVII.

[7]​ Estudios recientes, basados en análisis genealógicos y contextuales, sugieren que Donato Lope podría haber sido bisnieto de Lope Centule, lo que explicaría una cronología más coherente en la sucesión y administración del condado.

Este hecho resultó en la transferencia temporal del condado al vizconde de Bearne, fortaleciendo la influencia aragonesa en el suroeste francés.

Sin embargo, en 1370, las fuerzas leales al rey francés, dirigidas por líderes locales y nobles aliados, lograron reconquistar Bigorra, reincorporándolo a los territorios franceses.

Este acto marcó el fin de Bigorra como un condado autónomo y consolidó su integración en el sistema administrativo francés, alineado con las reformas centralizadoras que caracterizaron la monarquía borbónica.