Concilio de Letrán V

Está considerado por la Iglesia católica como el XVIII Concilio Ecuménico, y el décimo de los celebrados en Occidente.

La derrota del conciliarismo con el que se cerró el Concilio de Basilea, hizo que durante toda la segunda mitad del siglo xv no se volviera a celebrar un concilio ecuménico.

Tras nueve años de pontificado dicho concilio no había sido aún convocado por el papa.

El inicio del concilio se retrasó hasta el 1 de noviembre de 1511, teniendo lugar entre siete u ocho sesiones, en las que se procedió a suspender a Julio II y se intentó recuperar el espíritu conciliarista que animó los concilios de Constanza y Basilea, para trasladarse en 1512 a Milán primero donde languidecería hasta su disolución.

Julio II falleció el 21 de febrero de 1513 cuando sólo se habían celebrado cinco sesiones en las que los acuerdos más relevantes hicieron referencia a: El sucesor de Julio, León X, continuó con el concilio logrando los siguientes acuerdos en las siete sesiones que presidió:

Bulla monitorii et declarationis
Cristoforo Marcello, In quarta Lateranensis Concilii sessione habita oratio , 1513