Concilio de Braga (411)

El concilio de Braga celebrado en el año 411 fue una falsificación histórica formada a comienzos del siglo XVII y desmentida a mediados del XVIII.

El primero en poner en duda su autenticidad fue Gaspar Estaço en 1625,[2]​ y a lo largo de los próximos años varios autores lo calificaron de dudoso o apócrifo.

Ilustrativa fue la controversia que sobre su autenticidad o falsedad sostuvieron en 1723 en la Real Academia de la Historia Portuguesa[3]​[4]​ y rotunda la disertación que Enrique Flórez incluyó en la España sagrada de 1759.

[5]​ La refutación del concilio estaba basada principalmente en los numerosos anacronismos existentes en su texto, que hacían inverosímil que hubiera sido redactado en la fecha que se le suponía: en él se le daba a Pancracio el título de arzobispo, que no empezó a usarse en Occidente hasta varios siglos más tarde; se omitía la fecha, contra la costumbre y la ley de la época; se incluía la fórmula "in Dei nomine", que fue introducida en el tiempo de los visigodos; se nombraba a Braga como prima sedis, aunque no lo fue hasta después de la entrada de los suevos; se ponía a Coímbra, Egitania, Eminio y Lamego como sus sufragáneas, cuando debían serlo de Mérida por hallarse al sur del Duero en Lusitania y no en Gallaecia; se confundían las sedes históricas con las modernas, nombrando Porto a la que en el s. V se llamaba Magneto, poniendo a Eminio como diócesis cuando solo era parroquia de Coímbra, e incluyendo a Numancia (Zamora), que no fue obispado hasta el s. X; se condenaba la doctrina del arrianismo, que todavía no se había extendido por la península, pero no la del priscilianismo, que había sido el tema central del I Concilio de Toledo del año 400, ni la del origenismo, que se extendía peligrosamente.

Modernamente se acepta que dicho concilio no fue más que una falsificación, probablemente destinada a exaltar la primacía de la sede bracarense, aunque se desconoce si fue Bernardo de Brito quien la formó a principios del siglo XVII, o si solo la propaló dando crédito a una impostura de mediados del XVI.