Llegó a obtener el grado de Doctora en Derecho.
Su actividad docente la desarrolló, en España, en el Instituto San Isidro y en el Cardenal Cisneros, en donde llegó a ser ayudante numeraria.
Fue políglota, con dominio del latín, griego, francés, italiano y portugués.
En 1922 se la admitió como socia en el Ateneo de Madrid.
Luchó por el sufragio femenino y por los derechos de las mujeres.