Aunque el término comunitarismo tiene su origen en el siglo XX, se puede encontrar elementos de esta filosofía en pensadores muy anteriores.
Los comunitaristas creen que a las comunidades no se les da la suficiente importancia en las teorías liberales de la justicia y comprometen las posibilidades de que la ciudadanía participe activamente en el debate público.
Fundamentalmente se utiliza el término en dos sentidos: Una tercera posibilidad es el comunitarismo sensible (Responsive Communitarianism) que practica Amitai Etzioni, quien propone una nueva regla de oro, para afirmar simultáneamente los derechos y obligaciones tanto comunitarios como individuales: Respeta y defiende el orden moral de la sociedad de la misma manera que harías que la sociedad respetara y defendiera tu autonomía.
En los países de tradición hispánica los comunitaristas se agrupan en la Asociación Iberoamericana de Comunitarismo (AIC),[1] fundada por José Pérez Adán, Alicia Ocampo Jiménez y Pablo Guerra Aragone.
Algunos consideran relevante la aportación de Juan Antonio Sarmiento como impulsor del llamado Comunitarismo Financiero, que propone modos de aplicación del personalismo comunitario en los mercados financieros.