En este sentido, solo importa que emisor y receptor sean la misma persona, no si en el proceso se utilizó un medio externo.
Esto se basa en la idea de que uno puede tener diálogos imaginarios con otras personas, como un amigo, un maestro, un pariente perdido o una celebridad.
[25] Un contraste central se basa en si el intercambio ocurre de manera enteramente interna o interviene algún medio externo.
[8][12][1] Otros ejemplos son tomar notas, escribir un diario, preparar una lista de compras, rezar o recitar un poema.
Existe el discurso privado, pero parece ser un soliloquio sin ninguna característica diferenciadora, eso sí, circunscrito a niños.
Por ejemplo, después de haber suspendido un examen, un estudiante puede entablar un soliloquio negativo tipo «qué idiota soy» o positivo como «bueno, la próxima vez me saldrá mejor».
[33] Al soliloquio, en cambio, se le atribuyen otros usos, como la autorregulación, el autodistanciamiento,[34] la motivación, la autoevaluación y la reflexión.
Por ejemplo, una comunicación intrapersonal puede comenzar como un soliloquio y luego evolucionar hacia un diálogo interior a medida que se consideran más posiciones.
A menudo acompaña diversas tareas comunicativas, como escuchar, hablar, leer y escribir, por ejemplo, para comprender una expresión o formular una nueva.
[38] Aplicaciones más específicas son calmarse en situaciones estresantes[39][40] e internalizar nuevos conocimientos al aprender una segunda lengua.
[26][41]La comunicación intrapersonal también se puede aplicar a múltiples tareas creativas, como composiciones musicales, pinturas o movimientos dancísticos.
Por ejemplo, las personas que sufren el síndrome del impostor se ven continuamente afectadas por la duda y la ansiedad.
Esto suele ocurrir al presentar los pensamientos de un personaje directamente sin ningún resumen o explicación por parte del narrador.
Esto se refiere específicamente al soliloquio positivo y negativo, así como a su relación con el autoconcepto.
El paso siguiente puede consistir en cuestionar las evaluaciones negativas, ya que a menudo son exageradas.
[67] Algunas formas de soliloquio se dirigen al yo empleando la primera persona, con pronombres personales («Yo puedo») o sin ellos («Soy capaz»), dependiendo del idioma y la frase.
[70] Un estudio de Sanda Dolcos and Dolores Albarracín indicó en 2014 que usar la segunda persona para proporcionar autosugestión resulta más eficaz.
Al ser una evaluación subjetiva puede diferir de la realidad y a menudo se basa más en juicios emocionales que racionales.
Una baja autoestima se asocia a soledad, abuso de sustancias, embarazo adolescente, depresión y otros trastornos mentales.
[14][84] Muchos modelos sostienen que el proceso comienza con la percepción e interpretación de estímulos o señales internos y externos.
Los estímulos internos incluyen una amplia gama de impresiones, tanto relativas al estado del cuerpo —por ejemplo el dolor— como también sentimientos.
La forma en que se desarrollan estos procesos está influida por factores como el origen social del comunicador y su entorno actual.
Por ejemplo, se pueden sacar conclusiones sobre la autoestima de una persona basándose en si responde a un cumplido presumiendo o minimizándolo.
Por ejemplo, la retroalimentación positiva y negativa que una persona recibe de otras moldea su autoconcepto o cómo se ve a sí misma.
[14] Otro debate en la literatura académica trata sobre la cuestión de si la comunicación intrapersonal es, en algún sentido, más básica que la interpersonal.
Piaget sostiene que, en esta etapa temprana, los niños aún no son seres plenamente sociales y están más preocupados por desarrollar su individualidad.
Según él, los niños aprenden las herramientas del diálogo interior cuando sus padres les hablan para regular su comportamiento, por ejemplo, a través de sugerencias, advertencias u órdenes.
esto se debe a que en la mayoría de los casos ocurre internamente sin producir manifestaciones externas observables.
Sostiene que muchas experiencias internas etiquetadas como "comunicación intrapersonal" forman parte de procesos comunicativos.
Si se aplicara este enfoque tan amplio, hasta procesos como la respiración podrían tildarse de "comunicación intrapersonal".