[1] Los efectos de la comunicación intercultural sirven para mejorar la adaptación social de unas personas con otras, incrementa la idoneidad profesional y, sobre todo, la salud psicológica ya que, en ocasiones, aunque cultivamos cuerpo y alma, el alma pasa a un segundo plano.
[2] Según Kim (1988) los indicadores para evaluar el nivel de adaptación intercultural son:[3] Una persona con competencia cultural dispone de los recursos y capacidades suficientes para lograr mantener un equilibrio entre su propia identidad y el desempeño funcional con otros grupos culturales.
Desde el grupo no dominante, la integración es más fácil, cuando sus miembros están interesados en mantener sus propias raíces e identidad cultural.
La salud psicológica se refiere a la integración en uno mismo de los diversos componentes cognitivos, afectivos y conductuales tanto propios como del nuevo entorno.
[3] Algunos de los efectos del choque cultural que pueden manifestarse son: la autoimagen negativa, la baja autoestima, el aislamiento social, la insatisfacción en general,… (Torbiorn, 1982).
Por otro lado, el estrés generado por el choque cultural, es decir, el sentido de frustración interna o desintegración que puede experimentar la persona; frecuentemente se manifiesta en hostilidad y agresividad.