Compartir

Más ampliamente, puede hacer referencia al concepto de donar; el objeto compartido no vuelve a la persona que lo pone en circulación.Ello contribuye a la necesidad de revisar las definiciones de licencia, patente, propiedad intelectual y copyright, así como nuevas aproximaciones como la licencia Creative Commons y la GPL es cuando un equipo destina espacios para recursos.La compartición es considerada una ayuda económica y ambiental a través de prácticas como el carpooling.En su opinión, cuando se vive una crisis, no hay posibilidad de volver atrás.Hay que inventar algo nuevo y tener el coraje de cambiar.[4]​ El escenario de ideas que se abre a partir de reflexiones similares lleva a identificar en la compartición una nueva actitud posible para hacer frente a una crisis que no solo es económica o pertinente al mundo financiero, sino que implica directamente al sistema de los valores éticos.En la aceptación del principio de compartición reside la respuesta a la crisis política y económica que la humanidad está pasando y el primero paso para crear las condiciones sociales de un mundo más justo.El mundo es pronto para acoger nuevos modelos, más adecuados a las necesidades reales de la gente dondequiera, que se basan en la cohesión, en la unidad de las personas y en su interdependencia.Los problemas actuales del hombre son resolubles a condición de que este acepte el principio de compartición y localice en la autocomplacencia y en sus intereses individualistas y egoístas los obstáculos principales a superar: «En primer lugar tenemos que aprender a ser hombres.Y ser hombres significa reconocer el valor de la compartición y tomar las necesidades del propio hermano como medida para las propias acciones, sin jamás olvidar que los demás existen en nosotros, como nosotros existimos en los demás».Esta sustitución de valores a reivindicar, que deberían vencer a los valores (o, como sostiene Serge Latouche, a la falta de valores) hoy día dominantes, entran en la primera de las ocho «R» principales, las cuales indican los ocho cambios u objetivos teóricos[19]​ interdependientes que se refuerzan recíprocamente y que juntos constituyen el círculo virtuoso que puede iniciar «un proceso de decrecimiento sereno, convivial y sostenible»: revaluar, reconceptualizar, reestructurar, redistribuir, relocalizar, reducir, reutilizar, reciclar.Aunque se presente como una utopía, el proyecto político del decrecimiento intenta explorar las posibilidades objectivas de su realización.El petróleo y los otros combustibles fósiles, las fuentes energéticas en las cuales se basa el actual estilo de vida en los países del Occidente, se están acabando, y las tecnologías alimentadas por éstos están volviendo obsoletas.Entretanto, los males que afligen al mundo globalizado - crisis económica, desempleo, pobreza, hambre y guerras - parecen agravarse en vez de resolverse.A empeorar las cosas, se perfila en el horizonte un cambio climático causado por las actividades industriales y comerciales de altas emisiones de gases invernadero, que muy pronto podría poner en peligro la vida del hombre en el planeta.Una joven generación comienza a ver el mundo no tanto como un almacén de objetos que deben expropiarse y poseerse, sino como un laberinto de relaciones a las que se puede ecceder.El acceso a la energía se vuelve un derecho social inalienable en la era de la Tercera revolución industrial.Según Kaza, es necesario individuar con mayor atención el impacto que la vida de cada uno tiene sobre el medio ambiente tan como empeñarse en iniciativas prácticas en defensa de la naturaleza, no como obligación civil abstracta sino haciendo del vivir verde un camino personal basado en un auténtico sentido ético.
Compartición de la comida
Michel Serres
Slavoj Žižek
Serge Latouche
Jeremy Rifkin
Raj Patel