El informe identifica a varias personas como responsables de métodos violentos respaldados oficialmente.
Entre los responsables del adoctrinamiento político se encontraban Ion Iliescu, Mihai Roller, Paul Niculescu-Mizil, Valter Roman y Silviu Brucan.
Una categoría especial comprende a aquellos participantes en la vida cultural que han apoyado activamente al régimen comunista.
El informe menciona a Eugen Barbu, Corneliu Vadim Tudor, Dan Zamfirescu, Ion Dodu Bălan, Dinu Săraru, Adrian Păunescu, Ilie Bădescu, Mihai Ungheanu, Nicolae Dan Fruntelată, Artur Silvestri y Ilie Purcaru.
La revista Săptămâna, dirigida por Eugen Barbu y Corneliu Vadim Tudor, fue considerada "la principal plataforma para el pseudo-nacionalismo manipulador durante los últimos años del régimen de Ceauşescu".
El informe menciona a Mihai Bujor Sion y Leonte Tismăneanu entre los principales activistas del Partido Comunista Rumano.
Ghizela Vass y Ştefan Andrei fueron identificados como los principales agentes del régimen comunista involucrados en políticas relacionadas con los asuntos externos.
[7] La represión comunista en estos dos territorios fue propuesta para su inclusión en el informe del disidente Paul Goma ya en mayo de 2006, en una carta abierta al presidente rumano Traian Băsescu.
Algunos críticos han señalado que condenar una doctrina política es inútil porque y peligroso porque los estados comunistas existentes podrían tomarlo como un ataque.
[11] Algunos creen que la decisión del presidente Traian Băsescu de declarar ilegítimo al régimen comunista sobre la base del informe también es peligrosa porque puede interpretarse como una anulación de todos los tratados internacionales en los que participó la Rumanía comunista.