Ana Pauker

Fue la líder oficiosa del Partido Comunista Rumano después de la Segunda Guerra Mundial.

dominaba ya los escritos religiosos más complejos, gracias a la instrucción del abuelo paterno, que insistió en que la niña, muy inteligente, asistiese a una escuela en la capital: tradicionalmente, solo los varones recibían formación en las escuelas judías.

[4]​ En 1905, habiendo acabado los estudios primarios la primera de su clase y pese a desear continuar formándose, tuvo que ponerse a trabajar de costurera, pues la familia no podía costearle más educación.

[5]​ Tanto la pobreza como la discriminación oficial de la población judía le impidieron seguir formándose.

[13]​ Así, después de ahorrar durante varios meses, en septiembre de 1919 partió a Suiza para cursar la enseñanza secundaria que le debía permitir, al volver a Rumanía, estudiar medicina.

[14]​ Alejada de la actividad socialista y concentrada en sus estudios, tuvo que ponerse a trabajar en una fábrica para cubrir sus gastos; mientras se hallaba en Suiza se suicidó uno de sus hermanos, que le había ayudado a realizar el viaje.

Mientras que Marcel ingresó inmediatamente la dirección del partido, Ana quedó relegada a tareas menos importantes: presidió la Comisión Central Femenina —organización adjunta al partido—, organizó varias células comunistas y participó en la actividad sindical de varias fábricas.

[16]​ Nombrada secretaria del comité central Socorro Rojo Internacional, fue arrestada por ello en noviembre.

[16]​ En 1924 fue detenida de nuevo, junto con otros ochocientos correligionarios, en una operación policial contra el partido, que había sido proscrito por las autoridades.

[20]​ Por las desavenencias con la dirección y porque se hallaba de nuevo embarazada, el partido le permitió salir del país para dar a luz y unirse con su esposo, hospitalizado en Praga con escarlatina en febrero de 1926.

[21]​ Pronto se le encomendaron tareas que solo solían desempeñar los alumnos más veteranos: en diciembre se la envió a París durante un mes para hacer un informe sobre el Partido Comunista Francés (PCF) y luego encabezó una delegación a la República Autónoma Socialista Soviética de los Alemanes del Volga para ayudar en la colectivización.

[27]​ Se la encerró en una prisión de mujeres en Transilvania, donde las condiciones eran mejores que las de la década anterior y hasta 1940 las presas tenían ciertas libertades (podían cocinar, relacionarse entre sí, escribir al exterior y dedicarse a las labores intelectuales que escogiesen).

[28]​ En 1940, en los últimos meses del reinado de Carol II, las presas que cumplían penas máximas pasaron a otra cárcel de Muntenia, donde se las encerró en estrechas celdas que apenas les permitían colocar un jergón.

[28]​ Con comida incomestible y encerradas solas veintitrés horas al día, se las permitía salir solas a unos patios una hora al día; a Ana le asignaron una celda sin ventanas.

[32]​ Se la nombró inmediatamente representante del PCR ante la Comintern y residió en Moscú junto a los principales dirigentes de este.

[34]​ En 1942 volvió a Moscú, donde se la incluyó en un comité que debía estudiar la creación de un frente nacional democrático.

[34]​ Se la nombró inmediatamente representante del PCR ante la Comintern y residió junto a los principales dirigentes de este.

[34]​ En 1942 volvió a Moscú, donde se la incluyó en un comité que debía estudiar la creación de un frente nacional democrático.

[36]​ Con este mantuvo desde los primeros momentos de la posguerra una continua rivalidad, no solo personal sino también por diferencias políticas.

[38]​ Al tiempo desató una gran represión: para finales de 1945, entre cincuenta y setenta mil personas habían perdido su empleo estatal.

Hubo rumores de que fue ella misma quien lo denunció como un traidor trotskista; documentos de archivo del Comintern revean, sin embargo, que ella una y otra vez rechazó hacerlo.

Cuando el Ejército rojo entró en Rumanía en 1944, Ana Pauker volvió a su país, entrando en el gobierno de posguerra, dominado por los comunistas.

En 1948, la revista Time la presentó en su portada, con el título de The most powerful woman alive ("La mujer viva más poderosa").

Se opuso a la construcción del Canal Danubio-Mar Negro, aunque Stalin había propuesto el proyecto personalmente.

Gheorghe Gheorghiu-Dej lideraba esa facción de la prisión, había apoyado la colectivización y era un rígido estalinista.

En su retiro forzoso, le permitieron a Pauker trabajar como traductora de francés y alemán para la editorial Editura Politică.