La sonda Ulysses cruzó inesperadamente su cola a una distancia superior a los 500 millones de kilómetros, mostrando que el Hyakutake poseía la cola más larga conocida hasta el momento.
Ese mismo día, en horas posteriores, su descubrimiento fue corroborado por otros observadores.
Únicamente tres cometas durante el siglo XX han pasado más cerca.
Una vez conocida su órbita, se supo que ya había entrado en el sistema solar interno 17 000 años antes.
Como se suponía que se había acercado al Sol varias veces,[5] esta llegada no iba a ser la misma que la de un cometa nuevo que llegase desde la nube de Oort, una zona exterior del sistema solar plagada de potenciales cometas.
Los cometas nuevos que se acercan al Sol por primera vez pueden aumentar su brillo rápidamente, ya que empiezan a desprender material volátil calentado por el Sol.
Así, todo indicaba que el Hyakutake iba a ser bastante brillante.
Fue una extraña coincidencia, ya que la mayoría de cometas muestran su máximo de brillo en el punto de máxima aproximación al Sol, y por tanto no pueden verse durante la noche en total oscuridad, sino que se ven durante el alba o el atardecer.
Conforme alcanzó su máxima aproximación terrestre, fue aumentando su brillo, y la longitud de su cola se incrementó.
Su magnitud se estimó en 0, y su cola ya alcanzaba 80°[5] de longitud.
Muchos observadores europeos no pudieron verlo en su máximo debido a las condiciones meteorológicas.
[8] El último paso por el perihelio fue hace 17 000 años; las interacciones gravitatorias con los gigantes gaseosos, como Júpiter, durante la aproximación de 1996 elongaron su órbita notablemente, y no se espera que vuelva hasta dentro de 72 000 años.
El equipo que analizaba los datos del magnetómetro se dieron cuenta de que los cambios en la dirección del campo magnético mencionados anteriormente se correspondían con el esperado en el interior de una cola de un cometa, campo generado por los iones allí presentes.
[10] El otro equipo, trabajando con los datos del espectrómetro iónico, encontraron un pico intenso de partículas ionizadas.
La abundancia relativa de los diferentes elementos químicos mostraban que un cometa había sido el causante.
Los observadores terrestres encontraron por primera vez metano y etano en el cometa.
Este hecho indicaba que los hielos presentes en el Hyakutake se formaron en la parte externa del Sistema Solar, ya que de haberse formado en el interior se hubiesen evaporado.