[7] Un tiempo después, la respuesta pirata llegó a través del cabecilla Tay Fusa, también referido como Tayfusu o Tayfuzu, que reunió una flota de 18 champanes y navegó rumbo al archipiélago filipino.
[9] Tras alcanzar al junco, la Capitana lanzó unas ráfagas de artillería que causaron los primeros muertos y heridos, y a continuación se enganchó al barco nipón para iniciar un abordaje, dirigido este personalmente por el propio Carrión.
[9] Sin embargo, debido a que los piratas eran superiores en número y contaban no sólo con armas blancas, sino también con sus propios arcabuces provistos por los portugueses, los abordados consiguieron detener el avance de los españoles y repeler el asalto.
Carrión consiguió atraerles río adentro, lejos de sus posiciones ventajosas, y allí los dos contingentes combatieron a distancia durante horas, hasta que los cañones occidentales, más potentes y mejor manejados, permitieron a sus dueños imponerse.
[17] Se estima que cerca de 200 japoneses resultaron muertos o heridos en el intercambio.
[20] Viéndose superados estratégicamente, los wokou decidieron negociar una rendición, pero Carrión se negó y les ordenó marcharse de Luzón.
Rotas las negociaciones, los japoneses decidieron atacar las posiciones terrestres españolas con varios centenares de soldados, amparándose en su enorme superioridad numérica frente a los defensores (400-800 piratas contra 40 soldados y 20 marineros),[2] pero la trinchera aguantó sus dos primeros asaltos.
Aunque los españoles habían perdido ya al menos 10 soldados, las bajas japonesas a estas alturas eran mucho mayores, con lo que éstos desistieron del ataque y emprendieron la retirada final.
[23] Pacificada la región, y ya con refuerzos, Carrión fundó en la zona la ciudad de Nueva Segovia (hoy Lal-lo).
A pesar de las debidas aclaraciones, el incidente no contribuyó a mejorar las relaciones entre todos los bandos implicados, y el mismo año, el shogunato Tokugawa prohibió la presencia española en sus tierras bajo el pretexto de una conspiración, posiblemente en connivencia con los holandeses.
[27] Los españoles trataron de aprovechar el incidente, ofreciendo a Japón compensarles por el barco si reabrían el comercio, pero también fue infructuoso.
[30] En 2019 el cómic Deshechos históricos dedica una viñeta a estas batallas en el capítulo de los tercios españoles.