Colonización del espacio

El primer paso es una presencia humana permanente en el espacio, como ocurre con la Estación Espacial Internacional (EEI).

Construir ciudades en el espacio requerirá gente, materiales, energía, transporte, comunicación, soporte vital, un cierto nivel de gravedad (aceleración) y protección contra la radiación.

Las colonias deberán ubicarse de tal manera que puedan satisfacerse estas necesidades.

La Luna tiene grandes cantidades de oxígeno, silicio y metales, pero poco hidrógeno, carbono o nitrógeno.

[1]​ Particularmente en las condiciones del espacio, la luz del Sol puede ser utilizada directamente, utilizando hornos solares hechos de hojas metálicas ligeras, que generarían miles de grados de temperatura sin coste alguno, o reflejando la luz hacia cultivos para que estos puedan llevar a cabo la fotosíntesis.

[cita requerida] Para colonizar el espacio, se requieren vehículos mucho más baratos, así como un medio de evitar daños serios a la atmósfera causados por los miles, o incluso millones, de lanzamientos requeridos.

También existe un proyecto de la NASA, el ascensor espacial, que solucionaría el problema del costo del transporte (incluso se podría utilizar una estación espacial como contrapeso para el indicado ascensor, en especial, para colonizar el suelo lunar).

En los asentamientos espaciales, un sistema cerrado y relativamente pequeño debe reciclar todos los nutrientes sin colapsarse.

El proyecto Biosphere II en Arizona ha demostrado que una biosfera construida por el hombre en un complejo pequeño y cerrado puede albergar a ocho seres humanos durante al menos un año, aunque hubo varios problemas.

Las relaciones entre organismos, sus hábitat, y el entorno no terrestre, pueden ser: También es posible una combinación de lo arriba expuesto.

Los rayos cósmicos y las variaciones solares crean un entorno de radiación letal en el espacio.

Sin embargo, hay varios factores que dificultarían la tarea: La gravedad en Mercurio es similar a la de Marte, y Mercurio se encuentra muy cercano al Sol, lo que sería una gran fuente de energía.

La Luna es, por el momento, el único lugar propuesto por la NASA para la instalación de una base permanente, lo más cercano a una colonia planeado hasta ahora.

Sin embargo, la baja gravedad también supone un obstáculo, ya que se desconoce los efectos de la misma a largo plazo.

Antes de llegar al océano líquido bajo la superficie, se deberían excavar varias decenas de kilómetros, algo que llevaría tiempo, y requeriría algún lugar donde habitar mientras se lleva a cabo la tarea.

Estas estaciones podrían ser construidas tanto en la órbita terrestre como en los distintos puntos de Lagrange.

Colonizar el espacio traería variadas ventajas: primero, ante una eventual catástrofe en la Tierra (p.ej, una guerra nuclear a gran escala, o cualquier evento que pueda destruir la vida en el planeta) la mejor forma de asegurar la supervivencia de la especie humana es la colonización espacial, además de poder preservar a otras especies animales y vegetales.

A la larga, en un horizonte muy lejano, la necesaria muerte del Sol como estrella, fuente de energía y mantenimiento del sistema solar, obligaría al ser humano a impulsar la ocupación espacial, con la consecuente candidatura de planetas extrasolares para la colonización.

Otra opinión en contra consiste en el pensamiento de que la colonización del espacio representa una continuación del colonialismo que se ha desarrollado durante la historia, y que esto dividiría más a las distintas naciones o estados, en lugar de unir a la humanidad como algo único; pero este hecho podría darse de forma opuesta debido a la necesidad de unión entre los seres humanos al verse obligados a expandirse por el Universo.

El acceso al espacio es el primer paso para cualquier posible asentamiento fuera de la Tierra. Su elevado costo es uno de los primeros desafíos a superar.
Concepción artística de Marte terraformado. La terraformación de planetas como Venus y Marte es un objetivo a largo plazo.
Marte, uno de los posibles objetivos de la colonización espacial.
Dibujo del interior de Europa, donde se puede ver su océano bajo la capa de hielo superficial.