El Colegio de Abogados de Chile es una asociación gremial que reúne a los abogados de Chile que optan por afiliarse voluntariamente a la entidad.
Conforme a sus estatutos, tiene por objeto promover la racionalización, desarrollo, protección, progreso, prestigio y prerrogativas de la profesión de abogado, su regular y correcto ejercicio y el bienestar de sus miembros.
Tuvo dos antecedentes: el Colegio de Abogados fundado el 8 de agosto de 1862 como una «sociedad científica» destinada a la investigación jurídica y al apoyo y amparo de los abogados,[1] que estuvo encabezada por los decanos Gabriel Ocampo (en los periodos 1862-1864 y 1867-1868) y Manuel Antonio Tocornal (1864-1867);[2] y el Instituto de Abogados de Santiago, creado el 26 de abril de 1915 en la Casa Central de la Universidad de Chile,[3] existente hasta 1918, y que tuvo como presidentes a Ismael Valdés Vergara y Miguel Antonio Varas.
[5] Desde 1928, con la dictación de la Ley N.º 4.409, y hasta 1981, fue el colegio profesional con el carácter de afiliación obligatoria para quienes ejercían la profesión de abogado.
Ese año, el Decreto Ley N.º 3.621 lo transformó en una asociación gremial, siendo desde entonces su afiliación voluntaria.