aconitifoliusCnidoscolus chaya LundellCnidoscolus chayamansa McVaughCnidoscolus fragrans (Kunth) PohlCnidoscolus longipedunculatus (Brandegee) Pax & K.Hoffm.Cnidoscolus napifolius (Desr.)Cnidoscolus: nombre genérico que deriva del griego antiguo knide, 'ortiga', y skolos, 'espina'.aconitifolius: adjetivo latino que significa 'con hojas de acónito' del griego akoniton, 'planta venenosa'.[3][4][5] La chaya es un arbusto arborescente semiperenne y semileñoso que crece hasta seis metros de altura.Todas las partes de la planta poseen una savia blanca, espesa y muy pegajosa.Flores blancas y pequeñas que se encuentren en racimos de ramificación dicótoma.La chaya es monoica, con flores masculinas y femeninas separadas, cada una con partes no funcionales del otro sexo.Aunque la floración es más común en los meses del verano, se puede encontrar flores y frutos todo el año.El arbusto se desarrolla en suelos bien drenados, con humedad y luminosidad y que alcanza una altura de hasta unos 6 metros, aunque normalmente no supera los 2 metros en cultivo, lo cual facilita la cosecha de sus hojas.[6] Crece y se desarrolla generalmente en lugares rocosas a 1300 metros sobre el nivel del mar o menos.El corte del vástago puede sobrevivir a menudo un mes sin plantar, es recomendable evitar excesos de humedad hasta que estos arraiguen bien.[7][8] La chaya proporciona enormes ventajas al organismo humano, pues contiene una notable cantidad de vitaminas, sales minerales, oligoelementos y enzimas; se trata de sustancias que forman un fitocomplejo que actúa favorablemente el organismo, sin producir efectos negativos conocidos.[cita requerida] También reduce el nivel del colesterol y del ácido úrico, ayuda a reducir el peso y aumenta la retención de calcio en el organismo, con lo que se fomenta el crecimiento de la masa ósea.Esta planta como infusión actúa favorablemente sobre las dolencias del organismo humano, sin producir efectos negativos.En este sentido la chaya es similar a la mandioca, que también contiene los glucósidos cianhídricos tóxicos.[12] La especie fue descrita inicialmente como Jatropha aconitifolia por Philip Miller y publicada en The Gardeners Dictionary: eighth edition no.6., en 1768, actualmente, es tanto un sinónimo como el basónimo de esta;[13] y ulteriormente, sería transferida al género Cnidoscolus por Ivan Murray Johnston en Contributions from the Gray Herbarium of Harvard University 68: 86, en 1923.