Actualmente se puede apreciar su organización urbanística de pueblo cercado medieval.
Pascual Madoz dedica a Claverol un artículo de su Diccionario geográfico ..., publicado en 1845.
El pueblo está bien ventilado, y, aunque el clima es frío, es sano.
Los barrancos del término y la misma Noguera Pallaresa permiten la existencia de pequeños huertos.
En el resto, el terreno es sobre todo montañoso, con una pequeña parte plana, la cual está a menudo castigada por las avenidas del gran río comarcal.
Tierra pedregosa y áspera, se trabajan unos 700 jornales de cultivo.
No hay bosques, pero sí árboles dispersos y arbustos que proporcionan leña.
Hay ovejas y ganado mayor para las labores del campo.
[3] La iglesia parroquial de Claverol está dedicada a San Cristóbal, y no presenta elementos que susciten ningún tipo de interés arquitectónico o histórico.
En la sacristía, además, se conserva la rueda, en algunas regiones llamada «matajueus», que era el sustituto de las campanas durante la Semana Santa.