Augusto prefería abiertamente a Druso sobre Tiberio y presionó al Senado romano para que permitiera que Druso aspirara a cargos públicos cinco años antes de la edad permitida.
[5] Alcanzó el consulado en 9 a. C. Todo esto fue un gran golpe de suerte para Druso, ya que pudo florecer política y militarmente a una edad muy prematura.
El Senado romano lo elogió públicamente construyendo un arco conmemorativo en la Vía Apia con la inscripción de "Germánico", un título que pudieron ostentar sus descendientes.
Augusto siguió perdiendo a potenciales herederos, hasta que al final solo quedara una única alternativa: Tiberio.
Druso aparece también como personaje secundario en la novela de Valerio Massimo Manfredi titulada Teutoburgo, publicada en 2016.