Fue canonizada tan solo dos años después de su fallecimiento, por el papa Alejandro IV.Por esa fecha había vuelto de Roma, con autoridad pontificia para predicar, el joven Francisco di Pietro di Bernardone, cuya conversión tan hondamente había conmovido a la ciudad entera.Este había oído hablar de ella, por medio de Rufino y Silvestre, y desde que la vio tomó una decisión: «quitar del mundo malvado tan precioso botín para enriquecer con él a su divino Maestro».Clara e Inés pronto abandonaron el beaterio de San Ángel.Así Francisco habló con los camaldulenses del monte Subasio, que antes habían donado a la nueva Orden la Porciúncula, los cuales le ofrecieron cederles la iglesia de San Damián y la casa anexa, que serían desde ese momento la casa de Clara durante 41 años hasta su muerte.La condición requerida para admitir una postulante en San Damián era la misma que pedía Francisco en la Porciúncula: repartir entre los pobres todos los bienes.El convento no podía recibir donación alguna, pero debía permanecer inquebrantable para siempre.Firmó este texto «cum hilarite magna» (riéndose de buena gana).Cuentan que se levantaba todas las noches a verificar si alguna religiosa estaba destapada.Ni aun estando enferma, lo que era frecuente, omitía el trabajo manual.Después de las completas, último oficio del día, permanecía largo rato sola, en la iglesia ante el crucifijo que había hablado a san Francisco.Allí rezaba el «Oficio de la Cruz», que había compuesto Francisco.La entrada de los musulmanes en el monasterio significaba para las monjas no solo la muerte, sino probablemente la violación.En ese mismo instante los sarracenos levantaron el sitio del monasterio y se fueron a otra parte.Desde aquel día las monjas no se separaron de su lecho, incluso Inés, su hermana, viajó desde Florencia para estar a su lado.Se adelantó la Virgen hasta el lecho donde yacía Clara, e inclinándose amorosamente sobre ella, le dio un abrazo.Todos la proclamaban santa y no pocos, en medio de las frases laudatorias, rompían a llorar.Al día siguiente, llegó el papa en persona con los cardenales, y toda la población se encaminó hacia San Damián.Tradicionalmente se representa a santa Clara con el hábito propio de las clarisas.La primera derivada del enfrentamiento a las tropas sarracenas en 1230, siendo la primera vez que se la representó con este atributo en un fresco de San Damián, actualmente bastante deteriorado, en el cual se ve a Santa Clara con el Santísimo Sacramento enfrentándose resoluta a los sarracenos que huyen despavoridos.El báculo proviene de haber sido santa Clara abadesa mitrada.Otro atributo característico lo constituye el lirio, flor que representa la pureza y la virginidad.
Profesión de los votos monásticos de santa Clara.
Reliquias de la Santa.
Fresco de Santa Clara y las hermanas clarisas, Iglesia de San Damián.
Santa Clara interviene para salvar a un niño de un lobo
, fresco de
Giovanni di Paolo
, 1455.
Cuerpo
incorrupto
de Clara de Asís con tratamiento de cera siglos después de su muerte. Se encuentra en la Basílica de santa Clara de Asís.
Representación con la custodia.
Representación con un lirio. Pintura de Giotto (Florencia, Santa Croce), siglo
XIV