Ciriaco Cascajo
[4] En la tarde del mismo día llamó al gobernador civil, Antonio Rodríguez de León, comunicándole su cese y que había declarado el estado de guerra, por lo que iba a ocupar los edificios oficiales.[a] En el mes de agosto, cuando el General Miaja intentó conquistar la ciudad, amenazó con fusilar a la familia del militar republicano, que se hallaba presa allí.[9] El hijo del general sublevado Cabanellas, Guillermo Cabanellas, llegó a decir de él: Durante la contienda la represión en Córdoba alcanzó unas elevadas cotas de mortandad, llegando algunos a autores a hablar de unos 9000[10] o 30 000[11] fusilados por las fuerzas sublevadas.[11] No obstante, en la represión contó con la colaboración de Luis Zurdo Martín y Bruno Ibáñez Gálvez, que fueron nombrados delegados de Orden público, respectivamente.Se llegó a realizar una colecta popular en la ciudad cordobesa para la edificación de un chalet en "agradecimiento" por sus servicios al frente del Gobierno civil.