Estos temores dieron origen a la película británica de 1914 The German Spy Peril, que giraba sobre un complot para hacer explotar las Casas del Parlamento, y a la película O.H.M.S.
Alfred Hitchcock hizo mucho para popularizar el cine de espías en la década de 1930 con sus influyentes thrillers El hombre que sabía demasiado (1934), The 39 Steps (1935), Sabotage (1937) y The Lady Vanishes (1938).
Un ejemplo ficticio más reciente es la película Charlotte Gray (2001), basada en la novela homónima de Sebastian Faulks.
También durante este período aparecieron muchas películas de detectives (The Thin Man Goes Home o Charlie Chan en el Servicio Secreto, por ejemplo) en las que el misterio giraba en torno a quién había robado planos secretos o quién había secuestrado a un famoso científico.
Entre estas películas estuvieron El espía que surgió del frío (1965), The Deadly Affair (1966), Cortina rasgada (1966) y la serie de Harry Palmer, que estaba basada en las novelas de Len Deighton.
La televisión también irrumpió en la escena con series como El agente de CIPOL o I Spy en los EE.
Las temáticas de espías han seguido siendo populares en la televisión hasta la actualidad con series como Callan, Alias o Spooks.