[15] La historia de este emigrante capturó sentimientos nostálgicos en un país donde esta situación era una realidad común y se convirtió en un tema recurrente en el cine libanés.[16] La segunda producción de Jordano Pidutti fue The Adventures of Abu Abed,[17] una comedia considerada como la primera película hecha en su totalidad con fondos provenientes del país.[11] Tras la independencia del Líbano, los cineastas empezaron a utilizar temáticas locales en sus películas como la vida rural y el folclor.[32] En su sexagésimo aniversario, la película fue restaurada y proyectada como parte del evento Cannes Classics en 2017.[34] Las coproducciones con Egipto y Siria eran también comunes en este período, considerado como la «Edad Dorada» de la industria cinematográfica libanesa.[24] Adicionalmente, los productores libaneses desempeñaron un papel influyente en las primeras etapas de producción del cine iraquí entre 1945 y 1951.Luego de que Gamal Abdel Nasser nacionalizara la industria del cine en Egipto en 1963, muchos productores, directores y distribuidores privados como Youssef Chahine se mudaron al Líbano.[37] Beirut rivalizó con El Cairo como la ciudad dominante del cine árabe, e incluso la reemplazó brevemente como el epicentro del mismo;[38] sin embargo, las películas producidas en los años 1960, en su mayor parte, carecían de un sentido de identidad nacional y eran meramente producciones comerciales, dirigidas a un público panárabe.[36] Otra película de Rahbani, Safar Barlik, ambientada en 1912, representa la lucha del Líbano contra la ocupación otomana.La cinta empezó a presentarse continuamente en la televisión libanesa, especialmente el Día de la Independencia.La segunda película de Nasser, The Small Stranger, también fue seleccionada para participar en Cannes en 1962.[33] Youssef Maalouf adaptó al cine la novela de Kahlil Gibran The Broken Wings en 1962.[46] En 1966 el director alemán Manfred R. Köhler filmó la cinta Agent 505: Death Trap in Beirut.[52] En los años 1970, la asistencia a los cines en el Líbano fue la más alta entre los países del mundo árabe.[49] Estas cineastas, que emergieron durante este período, crearon películas aclamadas y de renombre internacional.[57] Algunos de los cineastas notables durante la guerra civil fueron Maroun Baghdadi, Jocelyne Saab, Borhane Alaouié, Heiny Srour, Randa Chahal Sabag y Jean Chamoun.[58] En los años 1970 la temática más común de las producciones realizadas en el Líbano era el conflicto político que venía atravesando el país.[61] Baghdadi creó Little Wars (1982) con el apoyo del reconocido cineasta estadounidense Francis Ford Coppola.[1] Muchos cineastas de esta era, como Jocelyne Saab, Jean Chamoun, Randa Chahal Sabbag y Maroun Baghdadi se establecieron en Francia debido al prolongado conflicto interno en el Líbano.[68] Directores prominentes como Youssef Charafeddine y Samir El-Ghoussaini aspiraban al escapismo en sus películas para sacar a sus audiencias del contexto de la guerra.[73] Muchas películas, como la experimental Érase una vez en Beirut de Jocelyne Saab, examinaban la destrucción dejada por el conflicto bélico.[76] En 1994 la cinta de Codsi ganó el Premio del Jurado en el Festival international du film Francophone en Bélgica.Una excepción fue West Beirut (1998), filme que se convirtió en un éxito local e internacional.[71] Las producciones del comienzo del nuevo milenio lograron un atractivo nacional en el que muchas películas no solo tuvieron un éxito comercial como se evidencia en las ventas en taquilla de Bosta,[79][80] Caramel,[81] Stray Bullet y ¿A dónde vamos ahora?,[82] sino que también pudieron competir con producciones estadounidenses.Dos directoras, Nadine Labaki y Danielle Arbid, presentaron sus filmes en el Festival de Cannes.[31] Este último filme presenta una cantidad de escenas sexualmente gráficas, algo muy poco común en las producciones del mundo árabe.[97] Ok, Enough, Goodbye de Rania Attieh y Daniel García fue filmada en Trípoli, Líbano en 2010.[98] También en 2010, Carlos, una miniserie de Canal+ protagonizada por Édgar Ramírez, contó con varios actores libaneses como Razane Jammal, Rodney El Haddad, Antoine Balabane, Ahmad Kaabour, Talal El-Jordi y Badih Abou Chakra.[106] Circumstance, una película de Maryam Keshavarz que explora la homosexualidad en el Irán moderno, fue filmada en su totalidad en Beirut.[108] Allí, Cyril Aris ganó el premio a la mejor película con su cortometraje Anoesis, que además fue presentado en el Festival Filmapalooza de 2012.
Ghassan Salhab
es un destacado director, guionista y productor libanés que se desempeña en el cine de ese país desde mediados de la década de 1980 hasta la actualidad.
Philippe Aractingi
(centro), cineasta francolibanés activo desde comienzos de la década de 1990.
En 2017 la película
Heaven Without People
del cineasta libanés
Lucien Bourjeily
(en la imagen) ganó el Premio Especial del Jurado en el Festival Internacional de Cine de Dubái.