[2] Chile mantiene doce estaciones de investigación científica[3] —cuatro bases permanentes, operativas durante todo el año, y ocho bases temporales, operativas en verano— y siete refugios en la Antártica,[4] mientras que, en el desierto de Atacama,[5] existe más de una docena de observatorios —como Paranal (VLT), el complejo astronómico más avanzado y poderoso del planeta,[6] ALMA, el mayor proyecto astronómico del mundo,[7][8] y La Silla,[9] entre otros—.
Ésta era dictada por el presbítero José Alejo Bezanilla y se enseñaba dentro del curso de Ciencias Naturales.
A su vez, y producto de un decreto dictado por el Presidente Bulnes, se incorporaron al equipo tres profesores del Instituto Nacional: José Ignacio Valdivia, Francisco Fierro Talavera y Gabriel Izquierdo.
Su primer director fue Carlos Guillermo Moesta, quien lo trasladó dos años después a la Quinta Normal de Agricultura.
En 1964 se crea el Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA), dedicado a la investigación y desarrollo agropecuario; el Instituto de Fomento Pesquero, orientado a la investigación en el área de las ciencias marinas; y el Instituto Antártico Chileno (INACH) dedicado a coordinar y administrar las actividades en el Territorio Chileno Antártico.
Posteriormente asume el gobierno Eduardo Frei Montalva (1964-1970), quien dicta un decreto en 1966 creando el CONICYT.
A fines del siglo XIX, el astrónomo estadounidense William W. Campbell decidió instalar en Chile un observatorio con el fin de obtener las velocidades radiales de las estrellas brillantes.
En este contexto importantes centros de investigación internacional establecieron observatorios en Chile.
Durante las últimas décadas se han instalado en el país importantes observatorios y centros de investigación astronómica.
Por ejemplo, en 1999 se estableció en la II Región, el telescopio óptico VLT de Paranal.
El «FASat-Bravo» fue el segundo satélite artificial chileno, y el primero en orbitar la Tierra de manera independiente.
La minería chilena ha generado innovación tecnológica y aportes al sector a nivel mundial.
[54][55] Codelco creó en 1998 el IM2, una filial dedicada al desarrollo de innovación con base tecnológica en minería y metalurgia.
[56] En 2005 fue creado el Consejo Nacional de Innovación para el Desarrollo (CNID), un organismo público-privado que asesora al presidente en la formulación de políticas que fortalezcan la innovación, la competitividad y el desarrollo.
En 2011 se lanza el Sistema Satelital de Observación Terrestre (SSOT o FASat-Charlie).
[58] El mismo fue encargado al fabricante espacial europeo EADS Astrium y para su puesta en órbita se utilizó un cohete Soyuz, que fue lanzado desde el Puerto espacial de Kourou, Guayana Francesa, utilizado actualmente por la Agencia Espacial Europea.4 El objetivo del SSOT es contar con un sistema satelital orientado a la observación del territorio, que sea de proyección global y basado en la cooperación internacional.
En 2002, Codelco y la empresa japonesa JX Nippon Mining & Metals crearon BioSigma S.A., una empresa que desarrolla soluciones biotecnológicas integrales para la industria minera a través de procesos sustentables.
En 2006 Codelco se asoció a la japonesa NTT para crear Micomo con el objetivo de diseñar y proveer productos TICs.
Además han influido las sociedades científicas, como la Sociedad Médica de Santiago fundada en 1869.
Los centros científicos son agrupaciones definidas de investigadores científicos y académicos que definen un objetivo común para investigar, desarrollando mecanismos de trabajo en conjunto.