Después del curso de tres dosis inyectadas, se espera que el sistema inmunitario haya creado anticuerpos contra el HBsAg y se hayan establecido en la circulación sanguínea.
El anticuerpo formado se conoce como anti-HBsAg y provee memoria inmunitaria en contra de la hepatitis B,[1] una enfermedad que causa graves daños al hígado.
[4][5] Conservación de la vacuna: Las características propias de las vacunas son productos biológicos termolábiles, lo cual quiere decir que se descompone o se desnaturaliza por el calor o el frío, perdiendo, generalmente, su actividad, es por eso por lo que la vacuna se debe conservar entre +2 °C y +8 °C.
Una infección por hepatitis B puede causar hepatocarcinoma, una forma de cáncer del hígado.
En ese período todavía puede causar infección si penetra en el organismo de una persona no protegida por la vacuna.
[12] Las respuestas inadecuadas se asocian por lo general con una edad mayor a los 40 años, obesidad, el tabaquismo[13] e igualmente en alcoholismo especialmente con alguna enfermedad del hígado avanzada.
[15] Aunque inicialmente se pensó erróneamente que la vacuna de la hepatitis B no confería protección indefinida, se considera ahora que ese ya no es el caso.
[12] Los efectos secundarios graves por razón de la vacuna contra la hepatitis B son poco frecuentes y en casi todos los casos se deben a una reacción alérgica a algún componente de la vacuna.
Si el individuo, en especial un niño se presenta con una enfermedad más grave que un resfriado, debe posponerse la vacuna contra la hepatitis B.
Sin embargo, varios estudios han relacionado la vacunación contra la hepatitis B y la aparición de esclerosis múltiple, aumentando el riesgo en los tres años posteriores a la vacunación según un estudio del 2004.