[3] En general, se trata de respuestas inmunitarias secundarias, terciarias y otras posteriores al mismo antígeno.
Esta memoria es creada por cada individuo, después de una exposición inicial previa, a un agente potencialmente peligroso.
[6] Sin embargo, aún existen anticuerpos creados previamente en el cuerpo que representan el componente humoral de la memoria inmunitaria y constituyen un importante mecanismo defensivo en las infecciones posteriores.
Las células de la memoria tienen una larga vida y duran hasta varias décadas en el cuerpo.
[8] En contraste, la célula plasmática naive está completamente diferenciada y no puede ser estimulada por el antígeno para dividir o aumentar la producción de anticuerpos.
Esta quimiocina indica la dirección de la migración hacia órganos linfáticos secundarios.