Ciclodextrina

Debido a esta disposición, el interior de los toroides no es hidrofóbica, pero es considerablemente menos hidrofílica que el medio acuoso y por lo tanto capaz de albergar otras moléculas hidrofóbicas.

En contraste, el exterior es suficientemente hidrofílico para impartir a las ciclodextrinas su solubilidad en agua.

Esta es la razón por la cual las ciclodextrinas han atraído mucho interés en diversos campos, especialmente aplicaciones farmacéuticas, ya que los compuestos de inclusión de ciclodextrinas con moléculas hidrofóbicas son capaces de penetrar los tejidos del cuerpo, estas pueden ser utilizadas para liberar compuestos biológicamente activos bajo condiciones específicas.

[1]​ Fueron aisladas por primera vez en 1891 por Villiers y Schardinger los identificó en 1903 como oligosacáridos.

En los últimos años se ha notado un número creciente de artículos científicos que se ocupan de ellas y se han patentado diversas aplicaciones ya que presentan un exterior hidrofílico y una cavidad interior hidrofóbica donde pueden acoger moléculas orgánicas no polares.

Las ciclodextrinas se utilizan en la industria farmacéutica para aumentar la solubilidad de algunos fármacos en agua.

[2]​ Las moléculas del principio activo se incluyen en la cavidad y pueden ser transportadas por la ciclodextrina hasta el lugar de su actuación.

En química analítica se utilizan ciclodextrinas y derivados para preparar columnas capilares en separaciones cromatográficas de enantiómeros debido a sus propiedades quirales.

Para cambiar las propiedades físicas y químicas de las ciclodextrinas se han desarrollado diversos derivados.

Las ciclodextrinas son estables en disoluciones neutras y básicas pero se degradan lentamente con un pH ácido.

Sugammadex , una γ-Ciclodextrina
Estructura de las ciclodextrinas.