[1] Dentro de Huarochirí, la diosa Chaupiñamca suele ser asociada a eventos que están relacionados con la fertilidad.
Para ser exactos, los textos establecen a Chaupiñamca como la hija menor, pues ella tenía una hermana (cuyo nombre se desconoce) evidentemente mayor.
Asimismo, Huatiacuri supo que el hombre enfermo era padre de dos hijas: una mayor y otra menor.
Ya en aquel lugar, Huatiacuri pregunta a la gente de aquella comunidad si no había alguien que estuviera enfermo.
Los sabios que estaban cerca de la escena escucharon y no contuvieron las burlas, minusvalorando a Huatiacuri por su aspecto de hombre pobre; sin embargo, Tamtañamca deseaba poder curarse a como diera lugar, por lo que lo dejó ingresar.
Dichas danzas son las siguientes: El Huantaycocha era un baile vinculado con la prosperidad y la fertilidad.
Durante la celebración, los participantes con grandísimo regocijo bailaban, cantaban, bebían y se emborrachaban hasta el amanecer.
A dicho pueblo se le conocía así porque la diosa Chaupiñamca, transformada en una estatua de cinco alas, estableció su morada en aquel lugar.
En aquel tiempo había un huaca llamado Rucanacoto, cuyo santuario se localizaba en el cerro que domina Mama; aquellos hombres que poseían un miembro viril pequeño acudían ante Rucanacoto y le solicitaban el favor divino de agrandárselo.
Rucanacoto era un huaca que se destacaba por el exorbitante y pronunciado tamaño de su falo.
[1] En tiempos primigenios, los hombres no hacían otra cosa que librar guerras entre sí.
Por este hecho, la gente de todas las comunidades acudían ante él para honrarlo y venerarlo.
Asimismo, Huatiacuri supo que el hombre enfermo era padre de dos hijas: una mayor y otra menor.
Ya en aquel lugar, Huatiacuri pregunta a la gente de aquella comunidad si no había alguien que estuviera enfermo.
Los sabios que estaban cerca de la escena escucharon y no contuvieron las burlas, minusvalorando a Huatiacuri por su aspecto de hombre pobre; no obstante, Tamtañamca deseaba poder curarse a como diera lugar, por lo que lo dejó ingresar.
Huatiacuri dijo al paciente que su mujer era adúltera y, por ende, su culpa le ha hecho enfermar.
Asimismo, Huatiacuri le dijo lo siguiente: "Encima de tu casa tan espléndida hay dos serpientes que te están comiendo.
La mujer del paciente se enojó por las declaraciones de Huatiacuri y negaba ser adúltera.
Anhelando curar sus dolencias, el desdichado Tamtañamca mandó a destruir, con profunda pena, su tan espléndida casa.