Las pozas de marea son charcos que se forman entre las rocas y los sedimentos cercanos a la orilla del mar, al quedar masa de agua atrapada cuando baja la marea.
Se llaman también tosqueras (uso argentino) o charcos intermareales, y muchos sólo existen como entidades reconocibles durante la bajamar.
El mismo fenómeno puede observarse asimismo en cuerpos de agua dulce, pero es más característico del mar, debido al oleaje y a la marea, que suponen aportes regulares.
El resto del tiempo, las rocas están expuestas a la insolación y al viento.
Las conchas, de calcita, son impermeables, y cuentan con dos placas que se deslizan para ocluir la boca.