Su introducción en España se produce por Felipe II y fue un tipo de elemento arquitectónico característico del Madrid de los Austrias hasta su ocaso a partir de mediados del siglo XVIII.
[1] Se les relaciona estilísticamente con los chapiteles del Centro de Europa (Países Bajos, Austria, Flandes y otros).
[2][3] En el siglo XX se produce una corriente historicista que trata de emular el estilo arquitectónico del Imperio Español y se inspiran en el estilo herreriano propio del Monasterio de El Escorial, con sus torres coronadas por chapiteles.
En el ángulo de la pirámide principal o faldón se sitúa la linterna o templete y sobre ella una pirámide alargada cuadrangular, a veces octogonal, sobre la cual se colocan la bola o esfera metálica, la veleta o dispositivo giratorio y por último la cruz de metal, como frecuentes decoraciones.
[3] Entre las edificaciones rematadas con chapitel en Madrid capital se encuentran edificios tan importantes como: Ejemplos en otras localidades: