El centurión [a] fue un oficial del ejército romano que contaba con mando táctico y administrativo.
[cita requerida] Hacia finales del siglo II a. C., la centuria pasó a contar con unos ochenta hombres, cifra que se mantuvo a lo largo del Alto Imperio (siglos I-III), teniendo, así, la Legio Augustea sesenta centurias de ochenta hombres que hacían un total de cuatro mil ochocientos hombres.
[9] Lo normal es que tras un año ejerciendo tal cargo, el primípilo lograse ser ascendido a ordo equester.
[10] Asimismo, este centurión tenía a cargo el estandarte más valorado, que era el águila romana.
[11] A mayores legiones, podían existir más centuriones de lo que era habitual, y ello se debía a la presencia de veterani o supernumerarii que, si bien no ejercían un mando militar efectivo, sí tenían encomendada una función administrativa.
También lo asistía un signifer y un tesserarius, suboficiales que recibían el nombre de "principales".
Por otro lado, el optio se situaba en la retaguardia, para evitar, si era necesario, la desbandada de las tropas, y garantizar los relevos entre líneas típicos del orden cerrado utilizado por el ejército romano.
En una visión se le pide al apóstol Pedro visitarlo, a pesar de que la ley judía no permitía esa asociación.