Según estos relatos, un centurión romano le pidió ayuda a Jesús porque su criado estaba enfermo.
[3] La fe del centurión ha permanecido hasta la actualidad de tal modo que, cuando los cristianos se acercan a recibir a Jesús en la Sagrada Eucaristía, repiten las mismas palabras que el centurión.
Jesús aprovecha la ocasión de hacer este milagro para hacer la solemne declaración del «destino universal a la santidad» mediante la fe en el Evangelio por lo que son llamados a ella los hombres de toda raza, sexo, nación, edad y condición.
De acuerdo con esta interpretación, el demiurgo le dice a Jesús que ha intentado todo lo posible para salvar al siervo (la humanidad), pero sus leyes no han logrado sanar a la humanidad ni ofrecerle un medio adecuado para el desarrollo espiritual.
[6] Daniel A. Helminiak, un sacerdote católico estadounidense excomulgado, teólogo y autor de Lo que la Biblia realmente dice sobre la homosexualidad, afirma que la palabra pais, utilizada para el sirviente, podría tener un significado sexual.